jueves, 10 de julio de 2008

cuando salía a por otra botella de vino ví a aquel joven allí de pié con su albornoz de seda, boina y sandalias, barba medio enferma. hablaba por teléfono allí, en el pasillo.
-oh, sí sí, querida, tengo que verte, sí. ¡tengo que verte! si no me cortaré otra vez las venas... ¡de veras!
tengo que largarme de aquí, pensé. éste no sería capaz de cortarse ni los cordones de los zapatos. qué mierda repugnante. y luego van a sentarse en los cafés, tan tranquilos, con su boina, con todo el atuendo, fingiendo ser Artistas.


de "Escritos de un viejo indecente", C.B.

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