-Pero, ¿cómo sabe usted cuándo no tiene corazón un camino, don Juan?
-Antes de embarcarte en cualquier camino tienes que hacer la pregunta: ¿tiene corazón éste camino? Si la respuesta es no, tú mismo lo sabrás, y deberás entonces escoger otro camino.
-Pero ¿cómo sé de seguro si un camino tiene corazón o no?
-Cualquiera puede saber eso. El problema es que nadie hace la pregunta, y cuando uno por fin se da cuenta de que ha tomado un camino sin corazón, el camino está ya a punto de matarlo. En ésas circunstancias muy pocos hombres pueden pararse a considerar, y más pocos aún pueden dejar el camino.
-¿Cómo debo proceder para hacer la pregunta apropiada, don Juan?
-Pregunta nada más.
-Lo que quiero decir es si hay un método indicado para que yo no me mienta a mí mismo y crea que la respuesta es sí cuando en realidad es no.
-¿Por qué habrías de mentir?
-Tal vez porque en el momento el camino es agradable y me gusta.
-Esas son tonterías. Un camino sin corazón nunca es disfrutable. Hay que trabajar duro tan sólo para tomarlo. En cambio, un camino con corazón es fácil: no te hace trabajar por tomarle gusto.
C. Castaneda, "Las enseñanzas de don Juan".
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1 comentario:
Iba a decir que tal vez no fuera así.
Pero en los pocos ejemplos que hubiera podido tener para refutar esto, debo reconocer que quise engañarme a mí mismo, con todas mis fuerzas, porque necesitaba creer que X cosa era posible.
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